Incursionando en la pintura
Hace apenas unas semanas me atreví a incursionar (finalmente) en el mundo de la pintura. Debo decir que pocas cosas se comparan con la sensación que produce el estar parado frente un lienzo en blanco preguntándote ¿por donde carajos tengo que empezar? para unos minutos después atreverse tímidamente con las primeras pinceladas y horas más tarde sentir (aunque no necesariamente sea cierto) que aquella superficie es tu pequeño universo particular y ahí tu eres quien hace y deshace a voluntad.
Resulta igualmente interesante la fase previa que consiste en el elegir el tema sobre el cual pintar. Hay tantas cosas que uno quisiera plasmar sobre el lienzo que cuesta trabajo decidirse. Yo siempre he dicho que antes que católico soy fiel devoto de la mujer así que no es de extrañar que esa haya sido mi primera opción, sin embargo no era un tema elegible (por ser la figura humana algo demasiado complejo para mi nivel actual), así que terminé por inclinarme a favor del tema libre.
No sabía en la que me metía (pero no me arrepiento) cuando en lugar de pintar algo basado en una foto, elegí pintar una idea, una imagen surgida de la nada con todos los defectos y complicaciones que puede implicar el no tener otra referencia que la idea misma. Eso si, al menos estoy seguro que buena o mala, es una pintura que no van encontrar en ningún otro lado.
Aún me faltan afinar algunos detalles y quizás una de las partes más difíciles, elegir el nombre, pero ya está prácticamente lista. Prometo que cuando tenga la pintura terminada se las mostraré para que la destrocen, o mejor aún los invitaré a la exposición que se hace para dar por concluido el taller a que la vean en vivo ya todo color, además así tendrán oportunidad de ver los trabajos de verdaderos artistas por que creanme, en ese taller hay verdaderos talentos.
Ahora necesito buscar cual será el tema de mi siguiente trabajo que ya mañana empiezo a trabajar en el y así permitir que el ciclo vuelve a comenzar, eso si, nada implica que necesariamente vaya a terminar necesariamente igual.
Resulta igualmente interesante la fase previa que consiste en el elegir el tema sobre el cual pintar. Hay tantas cosas que uno quisiera plasmar sobre el lienzo que cuesta trabajo decidirse. Yo siempre he dicho que antes que católico soy fiel devoto de la mujer así que no es de extrañar que esa haya sido mi primera opción, sin embargo no era un tema elegible (por ser la figura humana algo demasiado complejo para mi nivel actual), así que terminé por inclinarme a favor del tema libre.
No sabía en la que me metía (pero no me arrepiento) cuando en lugar de pintar algo basado en una foto, elegí pintar una idea, una imagen surgida de la nada con todos los defectos y complicaciones que puede implicar el no tener otra referencia que la idea misma. Eso si, al menos estoy seguro que buena o mala, es una pintura que no van encontrar en ningún otro lado.
Aún me faltan afinar algunos detalles y quizás una de las partes más difíciles, elegir el nombre, pero ya está prácticamente lista. Prometo que cuando tenga la pintura terminada se las mostraré para que la destrocen, o mejor aún los invitaré a la exposición que se hace para dar por concluido el taller a que la vean en vivo ya todo color, además así tendrán oportunidad de ver los trabajos de verdaderos artistas por que creanme, en ese taller hay verdaderos talentos.
Ahora necesito buscar cual será el tema de mi siguiente trabajo que ya mañana empiezo a trabajar en el y así permitir que el ciclo vuelve a comenzar, eso si, nada implica que necesariamente vaya a terminar necesariamente igual.
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