El cajón de mis recuerdos
Cuantas veces habré escuchado la frase "el cajón de mis recuerdos" sin detenerme a pensar realmente el significado que encierra esa expresión, en mi caso es bastante literal. No es que mi memoria sea del todo mala (soy bueno recordando ciertas cosas) pero tiendo demasiado a la abstracción. Para mi fechas, números y similares siempre terminan quedando de lado.
Quizás es por eso (para recordar) que conservo 4 cajas de zapatos llenas de todo tipo objetos, o quizás se deba simplemente a que soy demasiado sentimental como para deshacerme de ellos. He tenido esas cajas por bastantes años, me han seguido con cada mudanza, y aunque realmente nunca me siento a ver lo que guardan en su interior, me reconforta saber que están ahí. Hoy tocó hacer algo de limpieza y creí que era un buen momento para reducir un poco su contenido. Paletas, llaveros, tarjetas, cartas... sinceramente no recordaba haber recibido tantos detalle, pero aún hoy cada uno ellos conserva íntegramente el valor que tuvieron en su momento (si no es que más), solo espero haber correspondido aunque sea un poco a todas esas muestras de aprecio.
Tenía un puñado de boletos del cine de mi época en la universidad (digo tenía por que ya los boté a la basura), solíamos saltarnos algunas clases cuando creíamos que alguna película lo ameritaba y luego conservábamos los boletos para presumir quien era el que había ido más veces (creo que fui demasiadas). Fotos en espera de encontrar acomodo en un álbum. Invitaciones, como las del acto académico cuando salí la universidad (mis papas no estaban en la ciudad y decidí no invitar a nadie más). Fragmentos de un trofeo roto que espero algún día reparar, los lentes, cartilla militar, pluma y credenciales que pertenecieron a mi padre, cartas de baseball, mini-guías de dibujo, credenciales y tantas y tantas cosas más.
Fue bastante divertido recordar tantas cosas, revivir tantos buenos momentos. Aunque logré tirar una buena cantidad de objetos, no pude desprenderme de aquellos de mayor valor sentimental, se que al final son solo eso, objetos, y que lo que importa realmente son las personas y recuerdos que hay tras ellos, pero precisamente por eso las conservo, por que se que siempre estarán ahí para ayudarme a navegar en lo más profundo de mi memoria cada vez que tenga ganas de recordar y por supuesto siempre habrá espacio para algunos más.
Quizás es por eso (para recordar) que conservo 4 cajas de zapatos llenas de todo tipo objetos, o quizás se deba simplemente a que soy demasiado sentimental como para deshacerme de ellos. He tenido esas cajas por bastantes años, me han seguido con cada mudanza, y aunque realmente nunca me siento a ver lo que guardan en su interior, me reconforta saber que están ahí. Hoy tocó hacer algo de limpieza y creí que era un buen momento para reducir un poco su contenido. Paletas, llaveros, tarjetas, cartas... sinceramente no recordaba haber recibido tantos detalle, pero aún hoy cada uno ellos conserva íntegramente el valor que tuvieron en su momento (si no es que más), solo espero haber correspondido aunque sea un poco a todas esas muestras de aprecio.
Tenía un puñado de boletos del cine de mi época en la universidad (digo tenía por que ya los boté a la basura), solíamos saltarnos algunas clases cuando creíamos que alguna película lo ameritaba y luego conservábamos los boletos para presumir quien era el que había ido más veces (creo que fui demasiadas). Fotos en espera de encontrar acomodo en un álbum. Invitaciones, como las del acto académico cuando salí la universidad (mis papas no estaban en la ciudad y decidí no invitar a nadie más). Fragmentos de un trofeo roto que espero algún día reparar, los lentes, cartilla militar, pluma y credenciales que pertenecieron a mi padre, cartas de baseball, mini-guías de dibujo, credenciales y tantas y tantas cosas más.
Fue bastante divertido recordar tantas cosas, revivir tantos buenos momentos. Aunque logré tirar una buena cantidad de objetos, no pude desprenderme de aquellos de mayor valor sentimental, se que al final son solo eso, objetos, y que lo que importa realmente son las personas y recuerdos que hay tras ellos, pero precisamente por eso las conservo, por que se que siempre estarán ahí para ayudarme a navegar en lo más profundo de mi memoria cada vez que tenga ganas de recordar y por supuesto siempre habrá espacio para algunos más.
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