Un poco de mi para que me vayan conociendo (o tal vez no).
Después de más de un mes sin actualizar el blog me paseo por aquí de manera breve (o no tanto) para darle una ligera desempolvada. Tal vez ahora que he decidido descansar un tiempo de mi página web me cueste menos mantenerlo actualizado, aunque tampoco es mi intención convertirlo en un sustituto de la misma, ¿para qué?, así está bien, me gusta que sea algo más íntimo, algo más personal, mejor no hacer mucho ruido.
Entonces les decía que pasaba por aquí para desempolvar un poco el blog y se me ocurrió la terrible idea de que una buena manera de hacerlo sería contándoles un poco de mi. Quizás no sea esta la primera vez que lo hago, tampoco es que sea algo así como un pasatiempo ni mucho menos, pero tratándose de un blog personal, seguro ya lo habré hecho en alguna otra ocasión. Quiero aprovechar también para desahogarme un poco y sacar algunas cosas que mi almohada ya se rehúsa a seguir escuchando, además de que siempre me he sentido un un poco raro con eso de hablar y hablar y que nadie me conteste, al menos aquí se que no soy el único que lo hace y que eso de no recibir respuesta es más bien una práctica normal en esto de los blogs, comencemos pues.
Los que me conocen... bueno, es un decir, son muy pocas las personas me conocen en realidad, en fin. Las personas cercanas a mi saben que soy muy reservado, que no suelo hablar mucho, o más bien nada, de cosas personales y que rara vez comparto algo de lo que siento en este sentido. Esto es verdad, así he sido siempre y quizás es por eso que muchos se han hecho esa idea errónea de que soy frío y que le doy muy poca importancia a la parte sentimental. Aunque no tengo el menor interés de sacarlos de su error, lo cierto es que no hay nada más alejado de realidad, la verdad es que soy bastante sensible, a veces mucho más de lo que me gustaría y tampoco es difícil hacerme llorar sin saben por donde llegarme. Puedo agarrarme a golpes, dislocarme algún hueso, o hacerme alguna herida de esas que requieren varios puntos de sutura sin derramar una sola lagrima, ah pero bastan unas cuantas palabras atadas a los sentimientos correctos y me cuesta mucho no hacerlo.
¿Y de todo lo que podría compartir de mi por qué elijo precisamente hablar de esto? bueno, porque últimamente he sentido esas mismas ganas de llorar con bastante más frecuencia de lo normal, desde luego no es queja, cierto, algunas de esas ocasiones ha sido la tristeza la que me invita a hacerlo, sin embargo las veces que ha sido la alegría tampoco se quedan tan lejos, y además todo el mundo sabe que estas cuenta tres veces más. La verdad es que hay todo un relato detrás de ello, de esos que uno solamente se atreve a compartir con un mejor amigo, en mi caso, esto es un poquito más complicado, quizás es precisamente eso lo que me inquieta un poco, el tener todos estos sentimientos, con sus respectivos momentos, bajo llave, sin poderlos compartir. Quien sabe, quizás con el tiempo, con otros actores, en otros lugares, terminen convirtiéndose en una buena historia, quizás hasta me permita escribirla por aquí, incluso con un final diferente.
Tal vez por ahora no pueda hablarles de la historia, de los momentos, de los detalles, de lo que sentí, de lo que aún siento, pero puedo darles un consejo, si alguna vez tienen la fortuna de encontrarse una mujer que amenace con revolucionar su vida, con romperles la rutina, con hacerlos reír, llorar, sentir, no tengan miedo de intentarlo, de acercarse a ella, de conocerla, de descubrirla, de comprenderla, de cuidarla, de quererla, siempre valdrá la pena. Al final de todo y pase lo que pase, habrán crecido, serán mejores hombres, mejores personas, es parte de su encanto, tienen el poder de transformar.
Por mi parte he de decir que he tenido la fortuna de conocer a una mujer de este tipo y que desde luego me ha cambiado, tengo tanto que agradecerle que lo mínimo que me corresponde hacer es cuidar de ella para que lo siga siendo, para que nunca deje de sonreír, aún si eso implica en ocasiones ir en contra de lo que quiero, aunque a veces sienta que me roban un pedacito entre el segundo espacio intercostal y el alma.
Este soy yo, a menos claro de que no lo sea, pero bueno ya habrá tiempo de seguir hablando de mi, o de quien quiera que se trate, en alguna otra ocasión. Por lo pronto aquí lo dejamos que no es mi intención extenderme demasiado, el sueño también me invita no muy amablemente a retirarme, sin embargo, después de tanto tiempo sin actualizar el blog no puedo dejar esto en puras palabras, a fin de que esta entrada resulte un poco más provechosa les dejo también este avance de un dibujo en el que estoy trabajando, aún no tengo muy claro que tanto más le voy a hacer antes de terminarlo pero si quiero pulir todavía ciertos detalles, por lo pronto aquí se los presento.
Entonces les decía que pasaba por aquí para desempolvar un poco el blog y se me ocurrió la terrible idea de que una buena manera de hacerlo sería contándoles un poco de mi. Quizás no sea esta la primera vez que lo hago, tampoco es que sea algo así como un pasatiempo ni mucho menos, pero tratándose de un blog personal, seguro ya lo habré hecho en alguna otra ocasión. Quiero aprovechar también para desahogarme un poco y sacar algunas cosas que mi almohada ya se rehúsa a seguir escuchando, además de que siempre me he sentido un un poco raro con eso de hablar y hablar y que nadie me conteste, al menos aquí se que no soy el único que lo hace y que eso de no recibir respuesta es más bien una práctica normal en esto de los blogs, comencemos pues.
Los que me conocen... bueno, es un decir, son muy pocas las personas me conocen en realidad, en fin. Las personas cercanas a mi saben que soy muy reservado, que no suelo hablar mucho, o más bien nada, de cosas personales y que rara vez comparto algo de lo que siento en este sentido. Esto es verdad, así he sido siempre y quizás es por eso que muchos se han hecho esa idea errónea de que soy frío y que le doy muy poca importancia a la parte sentimental. Aunque no tengo el menor interés de sacarlos de su error, lo cierto es que no hay nada más alejado de realidad, la verdad es que soy bastante sensible, a veces mucho más de lo que me gustaría y tampoco es difícil hacerme llorar sin saben por donde llegarme. Puedo agarrarme a golpes, dislocarme algún hueso, o hacerme alguna herida de esas que requieren varios puntos de sutura sin derramar una sola lagrima, ah pero bastan unas cuantas palabras atadas a los sentimientos correctos y me cuesta mucho no hacerlo.
¿Y de todo lo que podría compartir de mi por qué elijo precisamente hablar de esto? bueno, porque últimamente he sentido esas mismas ganas de llorar con bastante más frecuencia de lo normal, desde luego no es queja, cierto, algunas de esas ocasiones ha sido la tristeza la que me invita a hacerlo, sin embargo las veces que ha sido la alegría tampoco se quedan tan lejos, y además todo el mundo sabe que estas cuenta tres veces más. La verdad es que hay todo un relato detrás de ello, de esos que uno solamente se atreve a compartir con un mejor amigo, en mi caso, esto es un poquito más complicado, quizás es precisamente eso lo que me inquieta un poco, el tener todos estos sentimientos, con sus respectivos momentos, bajo llave, sin poderlos compartir. Quien sabe, quizás con el tiempo, con otros actores, en otros lugares, terminen convirtiéndose en una buena historia, quizás hasta me permita escribirla por aquí, incluso con un final diferente.
Tal vez por ahora no pueda hablarles de la historia, de los momentos, de los detalles, de lo que sentí, de lo que aún siento, pero puedo darles un consejo, si alguna vez tienen la fortuna de encontrarse una mujer que amenace con revolucionar su vida, con romperles la rutina, con hacerlos reír, llorar, sentir, no tengan miedo de intentarlo, de acercarse a ella, de conocerla, de descubrirla, de comprenderla, de cuidarla, de quererla, siempre valdrá la pena. Al final de todo y pase lo que pase, habrán crecido, serán mejores hombres, mejores personas, es parte de su encanto, tienen el poder de transformar.
Por mi parte he de decir que he tenido la fortuna de conocer a una mujer de este tipo y que desde luego me ha cambiado, tengo tanto que agradecerle que lo mínimo que me corresponde hacer es cuidar de ella para que lo siga siendo, para que nunca deje de sonreír, aún si eso implica en ocasiones ir en contra de lo que quiero, aunque a veces sienta que me roban un pedacito entre el segundo espacio intercostal y el alma.
Este soy yo, a menos claro de que no lo sea, pero bueno ya habrá tiempo de seguir hablando de mi, o de quien quiera que se trate, en alguna otra ocasión. Por lo pronto aquí lo dejamos que no es mi intención extenderme demasiado, el sueño también me invita no muy amablemente a retirarme, sin embargo, después de tanto tiempo sin actualizar el blog no puedo dejar esto en puras palabras, a fin de que esta entrada resulte un poco más provechosa les dejo también este avance de un dibujo en el que estoy trabajando, aún no tengo muy claro que tanto más le voy a hacer antes de terminarlo pero si quiero pulir todavía ciertos detalles, por lo pronto aquí se los presento.
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