Eclosión de un Descenso Luminoso
He escrito sobre casi todas las exposiciones que se han inaugurado en Proarte enmarcadas en Ruta del Arte. Cuando mis responsabilidades me lo han permitido, incluso de la ruta completa. Y sin embargo no escribí nada sobre una de las exposiciones que más me han gustado, que más de cerca me ha tocado vivir, exposición además de una artista, socia y amiga mía (solo por esta vez lo admitiré), a la que le tengo mucho cariño.
Creo que la razón de que no haya escrito sobre esta expo en su momento es precisamente ese, que al ser ella mi amiga, y al tratarse de un proyecto que de alguna manera tuve oportunidad de ver desde los primeros trazos, hasta el día de la inauguración, de pronto me resultaba un tanto complicado dar ese paso atrás y desde esa otra perspectiva tratar de reducir todo una nota informativa con meros datos técnicos de la obra y algunos pormenores del día del evento.
Así que con bastante retraso considerando que la inauguración fue en Noviembre del año pasado, pero con toda la buena intención de que quede algún registro que nos ayude a recordar esta experiencia más adelante, les narro en un tono más casual e íntimo una pequeña fracción de lo que fue la exposición “Eclosión de un Descenso Luminoso” de Alejandrina Badillo Ramírez.
Como les comentaba la inauguración de la exposición fue en el mes de noviembre del pasado año, más concretamente un miércoles 19 a las 6 de la tarde, 2 minutos antes de esa hora terminábamos de montar las últimas piezas. Aunque ese sería ya el resultado, la cereza en el pastel, para hablarles aunque sea brevemente del proyecto en su totalidad necesitaría irme un poquito más atrás.
Decir que Alejandrina es la chica de los monstruos sería describirla bastante bien, prácticamente desde que descubrí que dibujaba, cosa que ocurrió bastante tiempo después de conocerla cuando finalmente me permitió ver algunos de sus trazos, la he visto dibujar monstruos. Aunque desde luego tampoco sería justo, pues sería encasillarla y quedarse corto en la descripción pues la realidad es que dibuja otras cosas tan bien como estos, pero bueno, digamos que los monstruos son su debilidad, una de sus fortalezas y su sello personal.
No es que lo recuerde muy bien, las fechas no son lo mío, pero por puro cálculo debe de haber sido en el mes de agosto, cuando surgió la idea de hacer lo de la exposición. Para ese entonces ya habíamos iniciado algunos proyectos juntos, yo ya estaba más que familiarizado con su estilo de ilustración y me pareció buena idea dejar que más personas pudieran apreciarlo. Además parecía un buen reto para ella como ilustradora, alejándola un poco de su zona de confort y que mostrara esta faceta más personal de su trabajo por primera vez a público.
Esa era la idea, claro, pero en la realidad mi pronóstico era que cuando le propusiera lo de la expo ella simplemente me contestaría con su ya para entonces clásico “NUNCA” y lo que seguiría serían semanas de negociación y chantaje emocional hasta lograr convencerla (no dudé que lo lograría eventualmente). Grande sería mi sorpresa cuando su casi inmediata respuesta fue: ”va”.
En ese momento no lo sabía pero creo que lo de exponer su trabajo era un “algo” que ella ya traía en la cabeza y solo necesitaba que se presentase la oportunidad para terminar de reconocerlo. Un par de cafés, mucha charla sobre futuros proyectos e imaginar cómo niños pequeños los cuadros ya montados sobre las paredes de la galería meses antes de tener siquiera el primer trazo y la maquinaria empezó a andar, un poco lento al principio, pero sin dejar de ganar impulso.
Creo que no me equivoco al decir que desde el inicio esto fue para ambos una cuestión de mucho aprendizaje. Ella desde la posición de la artista, planeando y desarrollando cada una de las obras. Yo, desde mi posición de apoyo moral y voyerista artístico ja, viéndola trabajar, aconsejándola y a la vez aprendiendo de ella, tratando de anticiparme un poco a sus pasos a fin de facilitarle en la medida de mis conocimientos lo que pudiera necesitar.
Se definió cuantas obras serían, los posibles materiales que se utilizarían, pero teníamos poca idea de cuánto tiempo se requeriría para completar cada una de las piezas. Por fortuna se corrigió de manera temprana aquella primera estimación optimista de un mes, llevándola a dos, si no, nos hubiéramos metido en algunos problemas, bueno, ella, yo siempre podría huir.
A principios de septiembre finalmente se puso manos a la obra. Alejandrina me platicó ya más formalmente el concepto de su obra, y como lo quería hacer, le di mi opinión y listo, se fue a trabajar sus ideas y a realizar los primeros bocetos.
Admito que empecé a sentirme algo inquieto cuando no tuve noticias de ella por varios días y veía que los días se esfumaban como si les hubiese entrado de pronto una muy inoportuna prisa. Desde luego confiaba en ella, ya habíamos trabajando bastante tiempo juntos y conocía de sobra sus capacidades y profesionalismo (además de que es bastante más organizada que yo en ese sentido), pero temía que la falta de experiencia nos complicara un poco con la fecha programa.
Por fortuna no tardó mucho en aparecer, salió bastante bien librada de aquella primera confrontación con sus demonios internos, e igual de importante, con material suficiente como para empezar a trabajar en las primeras piezas.
Lo que siguió fueron un par de semanas de pruebas con los materiales. Mi participación se limitaba a platicarle brevemente que comportamiento o resultados podrían esperarse con aquellos con los que estaba menos familiarizada. Los integro rápidamente a los que ya conocía y empezaron los primeros ejercicios.
Las sesiones nocturnas, porque siempre se trabajó de noche, pasaron de un par de horas al día las primeras veces, a 6 o 7 horas prácticamente todos los días. Heavy Metal y Rock, la música de fondo. Pasamos de las pláticas, sencillas y bastantes convencionales al principio, a los temas existenciales o casi inverosímiles a medida que los días se iban acumulando. Me tocó ver algunos bailes de los que tengo prohibido hablar y lapsos de silencio en los que casi casi nos comunicábamos con meras miradas, miradas de ojos bastante cansados debo agregar.
También había días en los que me rogaba con sus ojos de gato abandonado que la dejara irse a dormir. Otros en los que me exigía que la dejara tener una vida normal, y desde luego aquellos en los que me reprochaba e intentaba hacer sentir culpable de haberla metido en esto. Desde luego yo me mostraba inflexible ante todo tipo de chantaje emocional, algunas veces costaba un poco más que otras pero en el fondo sabía que de haberse querido ir realmente, simplemente lo hubiera hecho, cansancio y todo, se veía que estaba disfrutando hacer su trabajo.
Algo que me pareció súper importante desde un inicio fue que la obra fuera en su totalidad algo completamente suyo, así que hasta mi influencia mantuve al margen de todo esto, por eso era importante para mi estarla empujando continuamente cerca de sus límites, era la única manera que me permitía a mí mismo de ayudarla.
Fue una gran experiencia aunque también bastante agotadora. Por momentos aquello era como dos personas atrapadas en un elevador por bastante más tiempo del saludable. Una prueba de fuego para ver que tan bien podíamos trabajar juntos, y por fortuna pese a lo diferentes de nuestros caracteres, creo que salimos bastante bien librados, prueba de ello es que no terminé asesinado en el proceso.
¿Qué le quedó a ella de todo esto? Valdría la pena preguntárselo, no me corresponde contestarlo aunque me doy una buena idea de la respuesta. Sin duda fue una experiencia que necesitaba, que le exigió, que la puso a prueba y que al final le dio una satisfacción personal y una ración extra de confianza en si misma y en su trabajo. Por mi parte disfruté mucho involucrarme tanto en un proyecto que no fuera mío, no hubo un solo día, cansado y todo, que hubiese deseado estar en otro lugar, y además aprendí mucho, de ella, de su estilo y de la organización y planeación de este tipo de proyectos.
Quizás la parte más difícil para ambos, fue la recta final debido al cansancio acumulado. Hubo un momento en que Alejandrina dormía por minutos sobre una mesa con una chamarra como almohada mientras se terminaban de secar algunas las piezas y yo la despertaba cuando se llegaba el momento de continuar. Una mala pasada que nos jugó el material nos hizo vivir también algo de estrés extra jajaja y no se diga la parte de montar la obra en los bastidores y dar los toques finales, pero hasta eso fue una valiosa experiencia. Minutos antes de la inauguración, con algo apoyo de amigos, todo quedó listo.
La exposición sobra decir valió mucho la pena. Fueron 8 las piezas exhibidas, 50cm x 70cm, técnica mixta sobre papel, todas menos una (la ahora mía ja) a la venta.
La serie plantea un pequeño viaje en la oscuridad, una inmersión para ver como las formas se manifiestan ente la luz y adquieren aspectos antropomorfos. Es confrontar nuestros temores o nuestros demonios internos, sean esto de carácter psicológico o espiritual. Formas en la oscuridad siempre listas para hacer eclosión cuando hay un descenso de luz en la mente, o en el alma.
Creo que los visitantes, los cuales he de decir fueron bastantes, se fueron contentos con lo que vieron, porque gusto en el sentido estético y de la ejecución, y gusto además en su concepto, por ser una propuesta diferente. La obra se veía bastante espectacular sobre las paredes, creo que incluso mejor de aquella primera vez cuando la imaginamos meses antes.
Creo que Alejandrina disfrutó realmente compartir sus creaciones con amigos, familiares y todos aquellos que acudieron a la cita. Fue su noche y creo, movió algunas cosas en su vena artística, esa que tanto le encanta negar.
Después de todo esto amenazo con no querer verme en por lo menos 3 meses, y lo intento, se lo reconozco, pero bueno, la vida no siempre le va a conceder todo lo que pida.
Un post bastante largo, espero eso compense un poco el haberme tomando mi tiempo para finalmente sentarme a escribirlo (en este momento mis ojos lo están pagando). Su exposición se estará inaugurando en Camelia Tea Shop el viernes 6 de Marzo a las 7:00 pm.
Creo que la razón de que no haya escrito sobre esta expo en su momento es precisamente ese, que al ser ella mi amiga, y al tratarse de un proyecto que de alguna manera tuve oportunidad de ver desde los primeros trazos, hasta el día de la inauguración, de pronto me resultaba un tanto complicado dar ese paso atrás y desde esa otra perspectiva tratar de reducir todo una nota informativa con meros datos técnicos de la obra y algunos pormenores del día del evento.
Como les comentaba la inauguración de la exposición fue en el mes de noviembre del pasado año, más concretamente un miércoles 19 a las 6 de la tarde, 2 minutos antes de esa hora terminábamos de montar las últimas piezas. Aunque ese sería ya el resultado, la cereza en el pastel, para hablarles aunque sea brevemente del proyecto en su totalidad necesitaría irme un poquito más atrás.
Decir que Alejandrina es la chica de los monstruos sería describirla bastante bien, prácticamente desde que descubrí que dibujaba, cosa que ocurrió bastante tiempo después de conocerla cuando finalmente me permitió ver algunos de sus trazos, la he visto dibujar monstruos. Aunque desde luego tampoco sería justo, pues sería encasillarla y quedarse corto en la descripción pues la realidad es que dibuja otras cosas tan bien como estos, pero bueno, digamos que los monstruos son su debilidad, una de sus fortalezas y su sello personal.
No es que lo recuerde muy bien, las fechas no son lo mío, pero por puro cálculo debe de haber sido en el mes de agosto, cuando surgió la idea de hacer lo de la exposición. Para ese entonces ya habíamos iniciado algunos proyectos juntos, yo ya estaba más que familiarizado con su estilo de ilustración y me pareció buena idea dejar que más personas pudieran apreciarlo. Además parecía un buen reto para ella como ilustradora, alejándola un poco de su zona de confort y que mostrara esta faceta más personal de su trabajo por primera vez a público.
En ese momento no lo sabía pero creo que lo de exponer su trabajo era un “algo” que ella ya traía en la cabeza y solo necesitaba que se presentase la oportunidad para terminar de reconocerlo. Un par de cafés, mucha charla sobre futuros proyectos e imaginar cómo niños pequeños los cuadros ya montados sobre las paredes de la galería meses antes de tener siquiera el primer trazo y la maquinaria empezó a andar, un poco lento al principio, pero sin dejar de ganar impulso.
Se definió cuantas obras serían, los posibles materiales que se utilizarían, pero teníamos poca idea de cuánto tiempo se requeriría para completar cada una de las piezas. Por fortuna se corrigió de manera temprana aquella primera estimación optimista de un mes, llevándola a dos, si no, nos hubiéramos metido en algunos problemas, bueno, ella, yo siempre podría huir.
Admito que empecé a sentirme algo inquieto cuando no tuve noticias de ella por varios días y veía que los días se esfumaban como si les hubiese entrado de pronto una muy inoportuna prisa. Desde luego confiaba en ella, ya habíamos trabajando bastante tiempo juntos y conocía de sobra sus capacidades y profesionalismo (además de que es bastante más organizada que yo en ese sentido), pero temía que la falta de experiencia nos complicara un poco con la fecha programa.
Por fortuna no tardó mucho en aparecer, salió bastante bien librada de aquella primera confrontación con sus demonios internos, e igual de importante, con material suficiente como para empezar a trabajar en las primeras piezas.
Lo que siguió fueron un par de semanas de pruebas con los materiales. Mi participación se limitaba a platicarle brevemente que comportamiento o resultados podrían esperarse con aquellos con los que estaba menos familiarizada. Los integro rápidamente a los que ya conocía y empezaron los primeros ejercicios.
También había días en los que me rogaba con sus ojos de gato abandonado que la dejara irse a dormir. Otros en los que me exigía que la dejara tener una vida normal, y desde luego aquellos en los que me reprochaba e intentaba hacer sentir culpable de haberla metido en esto. Desde luego yo me mostraba inflexible ante todo tipo de chantaje emocional, algunas veces costaba un poco más que otras pero en el fondo sabía que de haberse querido ir realmente, simplemente lo hubiera hecho, cansancio y todo, se veía que estaba disfrutando hacer su trabajo.
Fue una gran experiencia aunque también bastante agotadora. Por momentos aquello era como dos personas atrapadas en un elevador por bastante más tiempo del saludable. Una prueba de fuego para ver que tan bien podíamos trabajar juntos, y por fortuna pese a lo diferentes de nuestros caracteres, creo que salimos bastante bien librados, prueba de ello es que no terminé asesinado en el proceso.
Quizás la parte más difícil para ambos, fue la recta final debido al cansancio acumulado. Hubo un momento en que Alejandrina dormía por minutos sobre una mesa con una chamarra como almohada mientras se terminaban de secar algunas las piezas y yo la despertaba cuando se llegaba el momento de continuar. Una mala pasada que nos jugó el material nos hizo vivir también algo de estrés extra jajaja y no se diga la parte de montar la obra en los bastidores y dar los toques finales, pero hasta eso fue una valiosa experiencia. Minutos antes de la inauguración, con algo apoyo de amigos, todo quedó listo.
La serie plantea un pequeño viaje en la oscuridad, una inmersión para ver como las formas se manifiestan ente la luz y adquieren aspectos antropomorfos. Es confrontar nuestros temores o nuestros demonios internos, sean esto de carácter psicológico o espiritual. Formas en la oscuridad siempre listas para hacer eclosión cuando hay un descenso de luz en la mente, o en el alma.
Creo que los visitantes, los cuales he de decir fueron bastantes, se fueron contentos con lo que vieron, porque gusto en el sentido estético y de la ejecución, y gusto además en su concepto, por ser una propuesta diferente. La obra se veía bastante espectacular sobre las paredes, creo que incluso mejor de aquella primera vez cuando la imaginamos meses antes.
Un post bastante largo, espero eso compense un poco el haberme tomando mi tiempo para finalmente sentarme a escribirlo (en este momento mis ojos lo están pagando). Su exposición se estará inaugurando en Camelia Tea Shop el viernes 6 de Marzo a las 7:00 pm.
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