Recuento de mis vacaciones (III)
Entre más leo el título menos me gusta, en fin, concluyendo el recuento que se me ocurrió hacer de mis ya no tan recientes vacaciones, les voy a compartir algunas fotografías más que tuve oportunidad de tomar en este viaje.
Siguiendo con el recorrido por los atractivos naturales del zona de "El Delgadito", pudimos pasear en panga a través de una impresionante área de manglares que en los meses de invierno sirve de refugio para una gran variedad de aves migratorias.
Hay también una gran cantidad de lugares ideales para practicar buceo, por desgracia esta vez perdí mi oportunidad ya que estuve un par días enfermo, pero lo tengo anotado como priporidad para mi próxima visita.
Una tarde en la que, a diferencia de los días anteriores, había algo de nubosidad, se me ocurrió ir a la playa e intentar sacar algunas fotografías del ocaso. Estuve parado algunas horas en espera de que comenzara a ocultarse el sol, al final he de decir que la espera valió mucho la pena.
Pocas veces he podido presenciar un espectáculo natural tan increíble como este. Era tan extraño, casi irreal, la forma en que todo se llenaba de color, no solo el cielo, si no también el mar e incluso la arena. Los delfines parecían no quererse quedar atrás y pasaban nadando, en ocasiones saltando (me acabé las baterías y nunca logré capturarlos en pleno vuelo), era como estar inmerso en una pintura que iba modificando sus colores cada pocos minutos.
Sinceramente me impresionó el lugar, difícil creer que existan zonas de tal belleza natural y que además sean prácticamente desconocidas para la inmensa mayoría, quizás eso mismo sea parte del encanto.
Aparte de aves, peces, tortugas marinas, también se pueden encontrar algunos animales más comunes como esta liebre que sin querer poso para la foto.
Una tarde en la que, a diferencia de los días anteriores, había algo de nubosidad, se me ocurrió ir a la playa e intentar sacar algunas fotografías del ocaso. Estuve parado algunas horas en espera de que comenzara a ocultarse el sol, al final he de decir que la espera valió mucho la pena.
Y aquí concluye este recorrido, en el camino de regreso pude tomar algunas fotografías más pero ya sería extenderme demasiado, ya veré que se me ocurre hacer con ellas. Espero les haya parecido al menos un poquito interesante el lugar, por mi parte yo planeo volver pronto y esta vez mejor preparado, una bicicleta, un kayak y una buena cantidad de baterías no vendrían nada mal.
En los meses de invierno apenas a unos cuantos kilómetros de ahí, existe también la opción de ver/interactuar con la ballena gris, una razón más para regresar.
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